martes, 9 de octubre de 2007

Miénteme

A medida que trancurre el tiempo cada vez me costaba más comprender cómo trabajaba la jodida mente humana, es decir, al contrario de ir acostumbrandome a lo que desgraciademente pertenecía, me dolía profundamente los extraños comportamientos que logramos adoptar ante determinadas circunstancias que solemos enfrentar. Uno siempre dice que no le gusta mentir, que sólo omite información, pero que para el caso vendría a ser lo mismo, claro, porque cuál sería la gracia de andar por la vida reconociendo que eray un mentiroso por excelencia, que según conocidos, los hombres lo eran por naturaleza, aunque yo cambiaría la frase por la de "todas las personas lo somos por naturaleza", y yo de un tiempo a esta parte he descubierto que amo la mentira, y la amo como parte de un hecho mucho más doloroso aún, ese de cuando te gusta que te mientan porque ello te hace féliz, o por lo menos te hace un poco menos tortuosa la existencia. Porque, claro una cosa era ignorar que te estaban engañando y otra muy distinta, y quizás más desgastadora, era asumir que sabías que la persona en cuestión te estaba tratando de cambiar los hechos en frente de tús narices, y tú ahí como con un cartel en la frente de "soy lesa, dale", aguantabay todo, con tal de que... no sé de que... quizás de no asumir una verdad que no querías enfrentar, seguir dejando que pensara que eray una hueona... vivir con una mentira que te podría hacer medianamente féliz... si es que la verdad era tán tormentosa... o no que se yo... desear que las cosas que estabay escuchando fuesen verdad por lo menos en tú cabeza. Y lejos lo peor, era cuándo la persona que te estaba tratando de engañar era la que más se parecía en ese momento a ese "alguién que tú consideras especial"... Claro, porque uno aguanta tantas mentiras en cada circunstancia y a cada instante, pero que te venga con cosas raras alguién que ya creías conocer de hacía rato, no tiene comparación. Por eso... yo he decidido creer... Aunque eso no quiera decir que no sepa la verdad, sólo que prefiero no enfrentarla, por lo menos aún no...